El libro Hábitos atómicos de James Clear ha tenido muy buena aceptación por parte de los lectores. Esto se debe a la capacidad que tiene el autor para explicar de forma sencilla una metodología que permite crear buenos hábitos y eliminar los malos, basándose en el marco de referencia denominado “Las 4 leyes del cambio del comportamiento”.
Antes de desglosar las tres claves, recordemos la definición de hábito de la RAE. “Es un modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas”, señala la Real Academia Española. En otras palabras podríamos traducirlo como una rutina o conducta que se practica con regularidad y, en muchos casos, de manera automática.
En el texto, se hace referencia al poder transformador que tienen estas acciones desde el punto de vista profesional, social y personal.
Lección 1: Pequeños cambios hacen una gran diferencia.
Una nota relevante que resume la idea del libro es que tenemos la tendencia a sobre-valorar cambios importantes de un sólo momento, y a subestimar el valor de pequeñas mejoras día tras día.
A manera de ejemplo, explica que si mejoras en algo 1% todos los días, eso es equivalente a ser 37 veces mejor luego de un año. Por el contrario, si desmejoras 1% cada día, vas a llegar casi a cero al final del año.
Y esta es una de las principales razones por la que fracasamos al intentar crear buenos hábitos. Nos enfocamos en cambios muy grandes e insostenibles, en lugar de pequeñas mejoras en el largo plazo.
Entre los ejemplos, el autor cita el enorme impacto en los pequeños ajustes realizados en el equipo de ciclismo del Reino Unido.
* Desde 1908 habían ganado una sola medalla de oro en ciclismo en Olimpiadas . En el tour de Francia ningún ciclista británico había ganado.
* Diseñaron pequeños ajustes en diferentes áreas (asientos, mejora de tracción en las ruedas, sensores de bio-retroalimentación, ungüentos para masajes para mejorar la recuperación
* 5 años después, 60% de las medallas de ciclismo en Pekín 2008 fueron para el Reino Unido.
* De 2007 a 2017 ganaron 5 tour de Francia.
Lección 2: Olvídate de definir metas. Enfócate en el sistema.
Las metas están basadas en los resultados que quieres lograr. Los sistemas son sobre los procesos que te llevan a ese resultado. Los malos hábitos se repiten una y otra vez no porque no quieras mejores resultados, sino porque no tienes el sistema correcto para cambiarlos.
Lección 3: Cómo crear mejores hábitos.
El libro muestra 3 lecciones para ayudarte a eliminar malos hábitos y crear unos nuevos:
Cada vez que tenemos un hábito, ejecutamos un patrón de 4 pasos:
Señal
Todo hábito comienza con una señal. Es una situación que anticipa alguna recompensa. Las señales pueden activarse de muchas formas. La hora del día es quizás la más común. Levantarse en la mañana, por ejemplo, activa muchos hábitos. Ciertas horas del día también activan otros hábitos, como una merienda durante la tarde.
Otras señales que activan hábitos son: estados de ánimo, eventos específicos (la vibración del celular, por ejemplo, te invita a revisar qué mensaje tienes).
Anhelo
Es la motivación para ejecutar el hábito y obtener la recompensa. Por ejemplo, cuando nos lavamos la cara o nos cepillamos la motivación es la sensación de limpieza. Cuando encendemos la televisión, la motivación es tener un rato de entretenimiento.
Respuesta
Es la acción que debes ejecutar para obtener la recompensa. Esto puede ser por pensamiento o acción. Ejemplo: Lavarte la cara o los dientes, o desbloquear el celular.
Recompensa
Es el sentimiento de satisfacción que obtienes cuando ejecutas el hábito. La experiencia negativa o positiva refuerza el comportamiento realizado, de tal manera que luego decides si volverlo a hacer o no. La recompensa luego de tomar café en la mañana sería la sensación de estar alerta. O para otros podría ser el disfrute del sabor.
En ese mismo orden, el proceso se resume en: Señal (levantarse) -> Anhelo (sensación de sentirse alerta y despierto) -> respuesta (tomar una taza de café) -> recompensa (satisfacer el anhelo de sentirse alerta y despierto). Luego, tomar café queda asociado con levantarse.
Si queremos formar nuevos hábitos, hay que tomar en cuenta estos factores. Usamos el ejemplo de comer frutas todos los días.
- Hacerlos obvios. No ocultes las frutas en el refrigerador. Déjalas visibles sobre la mesa.
- Hacerlos atractivos. Comienza con la fruta que más te gusta, de forma que tengas ganas de comerla cuando la ves.
- Hacerlos fáciles. No enfocarse en frutas complicadas de pelar. Comenzar con cosas sencillas como bananas o manzanas.
- Hacerlos satisfactorios. Si te gusta la fruta que elegiste, vas a disfrutar comiéndola y sintiéndote más saludable.
Esta guía puede aplicarse a muchos hábitos, como hacer ejercicios, comer mejor, lectura, etc.
Si por el contrario, lo que se desea es eliminar un mal hábito, aplica exactamente lo contrario. Hacerlo invisible, desagradable, difícil e insatisfactorio.
Puedes usar un registro de hábitos como una forma divertida de medir tu avance, y asegurarte que te mantienes en el camino correcto.
Compartimos contigo este video de Infolibros, en donde resumen el contenido de manera animada del Hábitos atómicos, de James Crear.
No hay duda de que estas acciones, que pueden parecer pequeñas, resultan muy poderosas porque con el paso del tiempo terminan transformando completamente la vida. Los invitamos a atreverse a cambiar, a aplicar la metodología descrita por el autor y a dejar en el pasado aquellos hábitos que les impiden avanzar.